domingo, 24 de febrero de 2008

La paz sólo les llegará si todo su ser puede vibrar al unísono con una idea sublime, desinteresada. No podrán conocer la paz mientras no introduzcan en sus células, en todo su ser, pensamientos de amor, es decir la indulgencia, la generosidad, el perdón, la abnegación. No podrán porque solamente estos pensamientos aportan la paz. Miren, si tienen algo que reprochar a su vecino, si no pueden perdonarle y se rompen la cabeza para saber cómo vengarse… O bien, si alguien les ha pedido dinero prestado y ustedes piensan continuamente que deben devolvérselo, no es posible tener paz, porque estos pensamientos son demasiado personales, demasiado egoístas. E incluso si están tranquilos durante algunos minutos, durante algunas horas, eso no es todavía la paz, es un poco de reposo, una tregua (esta paz, incluso los malvados pueden tenerla), y luego, de nuevo, son atrapados por estados espantosos. La verdadera paz es un estado espiritual imposible de perder una vez que se ha obtenido.

No hay comentarios: